Caen
rayos, sombras negras;
tengo
miedo, estoy despierta.
Caen
rayos negros en la sala desierta
sobre
mis venas y mi alma.
Llovizna
de nieve en mi garganta,
un
trozo de hielo asfixia mi calma
y
la sangre fluye envenenada,
la
misma que da vida la desgrana.
Soy
lo que soy y no fui,
cáscara
de nuez quebrada.
Nada
en mí su veneno
y
crece en mi su efecto
erguida
sobre mí rayos negros me llaman.
Tengo
miedo, estoy despierta,
se
que la dama negra me observa,
oigo
su violín desgarrado de sollozos de gatos negros.
Gran
señora, cuando llegues dame calma,
dame
calma pues soy tormenta,
tormenta
en negativo de danzarinas sombras
que
envenena el cielo con rugido y llamas
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